viernes, 2 de marzo de 2007

PROYECTO DERECHOS HUMANOS (didh)

(debate, diálogo, discusión de derechos humanos)

¿Cómo hablar de derechos humanos hoy?
Es posible retrotraernos al 10 de diciembre de 1948, cuando con posteridad a la segunda guerra mundial, que cobró más de 20.000.000 vidas, fue proclamada la declaración universal de derechos humanos.
Pero, también, si asumimos la complejidad de los derechos humanos, hoy, estamos conminados a mirar los contextos sociales en los que se desarrollan y cobran fuerza. Hablar de derechos humanos, en el tiempo nuestrro, es asimismo, saber que los derechos han sufrido mutaciones propias a su naturaleza.
Por esa razón, nuestras certezas sobre los mismos ya no son las de dos décadas atrás. Ahora, es necesario ir trabajando para que las distancias insalbables entre universalimos y particularidades sean cada vez más estrechas, porque no tenemos otra opción que buscar la armonia, para que los derechos humanos sean los derechos de todos en un mundo en el que quepan también todos.
¿Por qué proponemos el diálogo, discusión y debate público de derechos humanos?
Porque es importante y necesario que los derechos humanos salgan de los parámetros jurídicos, pues es el primer paso de una propuesta autogestiva-cooperativa, con miras a que se organice y funcione una multiplicidad de debates comunitarios, zonales, barriales e institucionales.
Porque la idea es ir generando y desarrollando espacios, donde ciertos asuntos e intereses públicos, encuentren lugares, voces, silencios, escenarios, actores y acontecimientos para la discusión, el intercambio, el pensamiento y las construcciones colectivas que puedan traducirse en acciones u omisiones reales, concretas y palpables.
Porque los derechos en la calle u otros espacios públicos, pueden ir generando la posiblidad de crear un derecho alternativo, un derecho jurídico que posibilite la liberación, de los más necesitados a través de una justicia para todos en igualdad de condiciones.
Porque todo sistema democrático que se precie como tal, debe empezar por jerarquizar los derechos humanos, a partir de la inmediatez de la vida humana y la satisfación de las necesidades básicas, para que a partir de eso podamos reconocernos como entes sujetos de derechos.